El tiempo con Skolmi y el periódico va llegando a su fin y he decidido hacer mi último artículo, en honor al primero: Los buses y Barranquilla.
En Barranquilla hay dos sistemas que funcionan de manera distinta:
- El Transmetro: Cuenta con paradas establecidas, torniquetes y pago con tarjeta.
- El resto de los buses (mayoría): Funcionan con sensores al subir, se detienen en cualquier lugar y reciben efectivo.
¿Torniquete o sensor?
Imaginemos que vamos a subir a un bus. Al subir a un bus, podemos encontrar dos métodos de control:
- Torniquete:
Pros: Regula la cantidad de personas que pasan sin necesidad de que el conductor esté pendiente todo el tiempo.
Contras: Ocupa espacio que, en un bus lleno, podría usarse para pasajeros.

- Sensores:
Pros: Ocupan menos espacio.
Contras: Obliga a los usuarios a levantar bolsos o paquetes para evitar errores. Además, distrae al conductor, ya que cualquier discrepancia entre la cifra registrada y los pasajeros reales puede generarle presión e incluso afectar su sueldo.

¿Pago: Tarjeta o efectivo?
- Tarjeta:
Pros: más ágil y segura.
Contras: Que sea complicado llegar al sistema que lee la tarjeta o el problema de compatibilidad, por exclusividad con algunas empresas, y falta un sistema unificado y accesible.
- Efectivo:
Pros: Sencillo y accesible para la mayoría, porque siempre es posible tenerlo a la mano.
Contras: Obliga al conductor a contar dinero y distraerse de la vía.
Reflexión final
Barranquilla y sus habitantes, como en cualquier otro lugar, merecen una infraestructura de transporte que no solo funcione, sino que también sea cómodo, seguro y moderno para los usuarios y conductores. Más allá de escoger entre torniquete o sensor, o entre efectivo o tarjeta: se trata de diseñar un sistema pensado para el usuario y el conductor.
Hemos avanzado tecnológicamente y una implementación de esto no debería ser sinónimo de gasto, falla, engaño o problemas. Tenemos gente inteligente, buena y sobre todo gente que busca mejorar a nuestra ciudad.
En otras ciudades ya existen soluciones como aplicaciones que indican por dónde va la ruta o cuál bus tomar para llegar a un destino. ¿Por qué no pensar en algo similar aquí?
Es posible crear una infraestructura que simplifique la vida diaria de los barranquilleros. La ciudad tiene gente preparada y creativa para lograrlo.
Hago unos últimos agradecimientos a los lectores por su tiempo, al periódico y a los tutores que nos guiaron. Ha sido un gusto compartir estas reflexiones.






