Cuando pensamos en América, solemos asociarla inmediatamente con Estados Unidos por su economía poderosa, su tecnología avanzada, su influencia global. Pero el continente es mucho más grande y complejo. Incluye también a regiones que, a pesar de sus recursos naturales, su diversidad cultural y su potencial humano, siguen enfrentando grandes desafíos para alcanzar un desarrollo sostenible.
Entonces ¿por qué hay tanta diferencia entre Estados Unidos y otras partes del continente? ¿Qué factores explican este contraste tan marcado?
Historia y colonización
Todo empezó hace muchos años, cuando Europa comenzó a colonizar América. En lo que hoy es Estados Unidos, llegaron principalmente ingleses, holandeses y alemanes. Allí, no había tanto oro ni plata fácil de extraer, así que tuvieron que trabajar duro. Desarrollaron agricultura, comercio y emprendimiento. Además, construyeron instituciones democráticas sólidas que permitieron crecer sin caer constantemente en conflictos internos.
En cambio, en otras partes del continente, los colonizadores españoles y portugueses encontraron grandes riquezas desde el principio. Esto hizo que se desarrollara un sistema económico basado en la extracción de recursos y en la concentración del poder en pocas manos. Ese modelo, aunque rentable a corto plazo, generó una estructura social muy desigual que persiste hasta hoy.
Educación y cultura del trabajo
Y aunque hoy existen grandes instituciones educativas en distintas partes del continente, la desigualdad en el acceso a la educación sigue siendo un problema.
También influyó la cultura del trabajo. En Estados Unidos, desde sus inicios, se valoraba el esfuerzo individual, la innovación y el espíritu emprendedor.
Economía y políticas proteccionistas
Estados Unidos fue un país muy proteccionista en sus primeras etapas. Ayudaba a sus industrias con subsidios, impuestos altos a productos extranjeros y le daba apoyo al desarrollo local. Esto les permitió crecer sin depender tanto del exterior.
En otras partes del continente, por el contrario, muchos países abrieron sus mercados muy rápido, sin fortalecer antes su propia producción local. Así, terminaron dependiendo de otros países para cosas básicas, como alimentos o tecnología.
Estabilidad política
Durante muchos años, Estados Unidos siguió una política de aislacionismo, es decir, no se metía en conflictos internacionales innecesarios. Esto le dio tiempo para concentrarse en su propio desarrollo, sin gastar recursos en guerras innecesarias.
Además, Estados Unidos ha tenido una gran estabilidad política. Desde que se independizó, no ha tenido tantas guerras civiles, golpes de estado o cambios radicales en su forma de gobierno como han tenido otras naciones del continente.
Recursos naturales no garantizan desarrollo
Aunque muchas regiones del continente tienen muchos recursos naturales como oro, petróleo, bosques, tierras fértiles, eso no garantiza desarrollo. De hecho, muchos países con muchos recursos caen en lo que se llama la “maldición de los recursos” se enfocan solo en vender materias primas y no invierten en industria, ciencia o tecnología.
Estados Unidos, por ejemplo, también tiene muchos recursos, pero supo usarlos para impulsar su industria y no solo para exportarlos sin valor agregado.
Reflexión final
No es casualidad que Estados Unidos haya llegado a ser una superpotencia mundial. Fue el resultado de decisiones históricas, culturales, económicas y educativas que hicieron posible su desarrollo. En cambio, otras regiones del continente, aunque tienen grandes potencialidades, enfrentan retos históricos que aún están presentes.
Pero esto no significa que no puedan cambiar. El continente tiene mucha riqueza, talento y gente trabajadora. El reto está en construir instituciones sólidas, mejorar la educación y fomentar una cultura del esfuerzo, la innovación y la responsabilidad.






