La educación virtual y presencial es un tema que nos toca muy de cerca. Lo vivimos a diario y ha generado numerosos debates. En este artículo conoceremos algunas visiones profesionales, y también desmentiremos mitos comunes. Recuerda dejar tu opinión al final, respondiendo la pregunta que encontrarás cerrando el texto.
Un cambio que nos tocó a todos
La educación virtual y presencial se ha convertido en un debate constante, especialmente desde la pandemia del COVID-19. Aunque esta modalidad virtual ya existía antes de la pandemia, no era muy común ni ampliamente aceptada. Fue precisamente durante la cuarentena cuando obtuvo mayor visibilidad y comenzó a adquirir rigor académico, convirtiéndose en una opción válida para muchos estudiantes.
Cada vez son más los niños, niñas, adolescentes y universitarios que optan por la educación virtual. Sin embargo, no todos están de acuerdo. Se han generado ciertos mitos que han puesto en duda esta forma de aprender, como: «los estudiantes no socializan», «se vuelven solitarios», «tienen más riesgo de depresión». Aunque algunas de estas afirmaciones no son del todo ciertas, muchas personas prefieren la educación presencial, pues creen que es más eficaz ya que permite mayor interacción, fomenta la organización y mejora las habilidades sociales.
Aún así, la educación presencial también tiene sus propios desafíos, como las presiones sociales, la dificultad para encajar o incluso los problemas emocionales que pueden surgir en un entorno físico lleno de comparaciones o exigencias externas.
Una visión interesante es la que aporta una madre que educa desde casa. A través de Instagram, la usuaria @MamaMelissaHS compartió su experiencia personal desmintiendo el mito de que los niños educados en casa son tímidos o antisociales. En su publicación afirma que esta percepción no corresponde a la realidad que vive junto a sus hijos.
Melissa no sólo educa a sus hijos en casa, sino que también enseña a otras personas a hacer homeschool, impartir clases en línea, crear recursos digitales y generar ingresos haciendo lo que aman. Su propósito es ayudar a más personas a sumarse a esta iniciativa, buscando una forma de equilibrar la vida laboral con el tiempo en familia.
Ella es maestra online, mamá homeschooler y dedica parte de su labor a apoyar a otras mujeres que desean continuar con esta formación alternativa y personalizada para sus hijos.
En una de sus publicaciones afirma:
Dicen que el Homeschool crea niños tímidos y antisociales, pero la realidad es otra. Mi hija fue la primera preadolescente en compartir un mensaje de jóvenes en nuestra iglesia. Cuando un niño crece sin estar constantemente expuesto a burlas, críticas o comparaciones, es más fácil que confíe en sí mismo, en su voz y en lo que tiene para dar. En casa fomentamos el respeto, el amor propio y la seguridad para expresarse sin miedo. Esto es solo un pedacito de lo que significa para nosotros (MamaMelissaHS, 11 de mayo de 2025).
Este testimonio evidencia que, en algunos contextos, la educación desde casa puede fortalecer la autoestima y la seguridad en la expresión personal, alejando a los niños de ambientes tóxicos que a veces se presentan en entornos escolares presenciales.
La mirada profesional sobre este debate
¿Qué opinan los expertos sobre la educación virtual y presencial?
Diversas organizaciones e instituciones han expresado su postura frente a las modalidades educativas. Por ejemplo, la UNICEF ha manifestado su apoyo a la educación presencial, destacando su importancia en el desarrollo social, emocional y académico de los estudiantes. Según esta organización, la presencialidad permite fortalecer las habilidades emocionales, sociales, la confianza y la resolución de problemas, gracias a la interacción cara a cara con compañeros y docentes (UNICEF, El Salvador, 2023).
Además, la asistencia a clases presenciales en horarios fijos ayuda a establecer rutinas, organizar el tiempo y desarrollar hábitos útiles para la vida académica y personal. La UNICEF también resalta que este tipo de educación promueve el aprendizaje colaborativo y la atención personalizada, ya que facilita el trabajo en equipo y la cercanía entre estudiantes y docentes, aspectos claves para el desarrollo integral del alumnado.
A pesar de estas ventajas, también se reconoce que la educación virtual ha cobrado relevancia, especialmente por su capacidad de adaptación a diferentes contextos y situaciones. En palabras de UNICEF:
En 2020, muchos países cerraron escuelas en respuesta a la COVID-19, a pesar de la evidencia que indica que las escuelas no son un factor importante de la pandemia. Durante este tiempo, se implementaron medidas de aprendizaje alternativas a través de internet, televisión, radio y medios impresos” por eso “es un momento para recuperar el aprendizaje perdido. Es momento de repensar la enseñanza y el aprendizaje. Es momento de reimaginar la educación para cada niño. (UNICEF, Asia oriental y el pacifico, 2020).
Por otro lado, la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) defiende la educación virtual como una opción válida, moderna y eficaz. Esta institución sostiene que los estudiantes pueden socializar y trabajar en equipo usando plataformas digitales, videollamadas y herramientas colaborativas que permiten mantener vínculos y comunicación constante entre pares. Además, los docentes que imparten clases virtuales tienen la posibilidad de adaptar sus contenidos mediante diseños pedagógicos innovadores que estimulan el pensamiento crítico, la creatividad y el aprendizaje situado, es decir, aquel que se relaciona con situaciones reales. Como afirma la UOC, «la educación en línea es una evolución natural de la educación a distancia, que coge un protagonismo tal en la sociedad de la información y del conocimiento que rompe el propio ámbito y hace su uso extensivo a los procesos de enseñanza y aprendizaje convencionales.» (Universitat Oberta de Catalunya, Montse Guitert. Septiembre 2023).
Desde la psicología: beneficios y retos de cada modalidad
Desde la psicología, se han identificado tanto ventajas como retos en la educación virtual. Según el grupo Psicólogos Granada, muchos jóvenes expresan que en las clases en línea no comprenden con la misma claridad las explicaciones de los docentes y experimentan mayores dificultades en su proceso de aprendizaje. Como lo señalan estos especialistas: “Se sienten inseguros por no tener el feedback directo del profesor y no saben si están haciéndolo como se espera. Aunque es cierto que pueden contactar con sus profesores por correo, este método es más tedioso que preguntar directamente al profesor entre clase y clase, y en muchas ocasiones optan por no hacerlo” (Psicólogos Granada, 2023). A pesar de estas dificultades, también reconocen que la educación virtual “ha sido un recurso de enorme utilidad ante la imposibilidad de acudir a clases presenciales durante el confinamiento” (Psicólogos Granada 2023). Esto demuestra que esta modalidad puede ofrecer soluciones adaptativas en contextos complejos, así como atender las necesidades individuales de ciertos estudiantes, favoreciendo su desarrollo personal y académico.
Por otro lado, la educación presencial continúa siendo valorada por su capacidad para facilitar una interacción directa entre docentes y estudiantes, lo que permite un desarrollo más inmediato de habilidades sociales, comunicativas y colaborativas. Sin embargo, esta modalidad también presenta desafíos, como las presiones externas, el acoso escolar o las exigencias emocionales que pueden surgir en entornos presenciales, afectando el bienestar emocional de los estudiantes. En este sentido, ambos modelos presentan fortalezas y limitaciones que deben ser consideradas al momento de elegir el enfoque más adecuado para cada estudiante.
¿Conclusión? No hay una sola respuesta
A partir de las distintas opiniones de expertos, queda claro que no hay una modalidad perfecta. La educación presencial resalta por su interacción y estructura, mientras que la virtual destaca por su flexibilidad y adaptabilidad. Lo ideal sería encontrar una educación que se adapte a las necesidades de cada estudiante.
¿Y tú, qué opinas?
¿Prefieres la educación virtual o la presencial?¿Cuáles mitos o estereotipos has escuchado tú sobre estas modalidades?







Yo he participado en ambas modalidades de estudio y con ambas me siento cómoda estudiando y aprendiendo, sin embargo uno de los desafíos más grandes que he presentado a la hora de estudiar virtualmente es la presión social por parte de los demás, pues muchos desaprueban esta metodología, con el argumento de que como adolecente necesito interactuar más o necesito mi propio espacio para aprender, opiniones que incluso me han hecho considerar volver a la educación presencial, no tanto por sus argumentos, si no que por la forma en que son dirigidas, sin embargo siento que en la educación virtual se pueden sobrepasar estas barreras al buscar otros espacios de interacción en actividades extra curriculares o incluso en las comunas del colegio. Con este comentario no busco criticar la presencialidad, si no más bien incentivar a una mayor empatía por aquellos que están en desacuerdo con la virtualidad y viceversa.